El cumplimiento del comercio electrónico es ahora la columna vertebral del comercio minorista. Detrás de cada ventana de entrega prometida hay un equipo de almacén que intenta mantener el ritmo, a menudo mientras está atrapado en el uso de sistemas obsoletos que los ralentizan.
Incluso cuando las empresas invierten en herramientas de automatización y orientadas al cliente, muchas pasan por alto los centros de distribución. ¿Y el resultado? Un costo oculto que sigue creciendo: turnos perdidos, errores evitables y rotación evitable.
Si bien los paneles rastrean el inventario en tiempo real, los humanos responsables de mover ese inventario a menudo dependen de:
Esa desconexión genera frustración e ineficiencia evitable. En un entorno de cumplimiento importante que evaluamos, más del 80% de los tickets de recursos humanos estaban relacionados con solicitudes simples de autoservicio , como saldos de tiempo libre, acceso a pagos y preguntas de turnos.
Cuando la primera línea no puede acceder a la información básica, los tickets de soporte se disparan y la productividad se ve afectada.
El minorista JCPenney reconoció este desafío exacto en su propia red de cumplimiento.
Con miles de empleados en almacenes y centros de distribución, vieron cómo los procesos manuales, los canales de comunicación limitados y los flujos de trabajo de recursos humanos fragmentados estaban frenando el rendimiento y frustrando a los equipos.
Es por eso que se asociaron con WorkJam para:
¿El resultado? Más compromiso, menos barreras y operaciones más fluidas desde la recepción hasta la salida.
Es un gran ejemplo de lo que sucede cuando las organizaciones tratan el piso del almacén como el motor estratégico que realmente es.
Cuando las actualizaciones se pegan con cinta adhesiva en la puerta de una sala de descanso o se entierran en un chat grupal, a menudo pasan desapercibidas. Eso lleva a:
El cumplimiento moderno no tiene tiempo para esas averías.
Es fácil pasar por alto los costos ocultos, hasta que su rotación aumenta, los equipos de recursos humanos se agotan o sus SLA comienzan a disminuir. El mejor camino es proactivo: construir la base para las comunicaciones digitales ahora.
Empresas como JCPenney lo están haciendo. También lo son muchos otros.
Y la recompensa es clara: menos fricción, mayor retención y una fuerza laboral más empoderada.
Su equipo merece algo mejor que los tablones de anuncios y los sistemas fragmentados.